Las principales marcas de ropa aseguran que el stock para la próxima temporada será limitado. Qué insumos son los que escasean y qué harán para mitigar el efecto en las vidrieras
Por el cepo a las importaciones y la suba del dólar blue, la próxima temporada primavera-verano de indumentaria tendrá poco stock y precios elevados. Las principales marcas de ropa aseguran que existen faltantes de insumos y materia prima, lo que genera una producción más limitada.
«Hay escasez de cierres, elásticos, hilos y todo tipo de telas. Esto genera aumentos pero también especulación, que se traduce en más aumentos», describe Horacio Ernesto del Burgo, presidente de la Cámara Argentina de Innovación Textil y Afines (Caita).
Para la próxima temporada primavera-verano, que comienza a estar en las vidrieras en solo algunos días, el sector espera incrementos cercanos al 100% en comparación al año pasado.
El problema no es nuevo. Pero preocupa ante el inminente lanzamiento de la nueva temporada. «Hay dificultades para transferir a los proveedores del exterior. Eso comenzó hace algunos meses y hoy continúa. Vamos a seguir con las dificultades de abastecimiento. Es entendible porque nos faltan dólares. Pero hay que encontrarle una solución al problema de divisas», agrega Alejandro Pernas, dueño de Sastrería González.
La falta de materia prima es preocupante. También, hay desabastecimiento de «productos terminados de verano y, si bien la oferta en los locales no varió, estamos finalizando el invierno», agrega el empresario, preocupado de cara a la próxima temporada Primavera-Verano. Es decir, en las próximas semanas ya se empezará a evidenciar el stock limitado.
Desde el sector, aseguran que este año la temporada se lanzará más tarde de lo que se acostumbra. Y no sorprenderá este año encontrar modelos de la temporada pasada. Mucha materia prima no llegó a tiempo para producir, por lo que se decidió achicar la oferta disponible que en algunas semanas estará en las vidrieras.
A las complicaciones que trajo el cepo a las importaciones, se suma además la falta de talleres: muchos cerraron en pandemia y otros hoy no tienen mano de obra. Esto se traduce en valores más caros. Muchos de los que se dedicaban a la costura tuvieron que solventar sus gastos de otra manera y buscar trabajo en otros rubros.
Algunas de las primeras marcas lanzaron ya un anticipo de la próxima temporada. En Rapsodia, por ejemplo, un vestido con detalles étnicos tiene un precio de $ 85.000 y un top cuesta $ 55.000.
En Akiabara, en tanto, un vestido de la temporada primavera-verano 2023 tiene un valor promedio de $ 30.000 y una remera básica cuesta en promedio $ 13.000.
«En promedio, las subas para esta temporada son del 100%. Es algo que no solo afecta a la industria de la indumentaria, sino a todas los mercados en general. Los faltantes y el stock limitado se traducen en subas en las vidrieras», finaliza Del Burgo